Somos lo que comemos: Cultura y tradición alimentaria

En Espacio C estamos trabajando en colaboración con Villa del Prado para comunicar el valor de los productos de su huerta, de sus viñas y por ende del resto del municipio. Villa del Prado, a 60 km en el suroeste de la Comunidad de Madrid, cuenta con algo más de 6.000 habitantes. Es una importante localidad agrícola y ganadera con numerosas explotaciones de huertas, invernaderos, vid, olivar, entre otros. Nosotros, como espacio de gestión cultural, identificamos y reconocemos el valor que reside en todo lo que tiene que ver con la tradición alimentaria de municipios de estas características y las relaciones sociales que a partir de sus prácticas se establecen como un elemento cultural.

Ante la pregunta que se plantea desde algún sector del #arteconceptual

¿qué tiene que ver la #alimentación con la #cultura? abordamos la cuestión desde este artículo.

Aunque habitualmente relacionamos la cultura con expresiones artísticas o conceptuales como la música, la pintura o la danza, entre otros, los alimentos que consumimos y el contexto en el que se circunscribe nuestra dieta nos distinguen como miembros de una comunidad particular.

El filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach acuñó el célebre aforismo "somos lo que comemos", y dicha frase no puede ser más acertada. La alimentación es un signo de identidad para las personas y está ligada a condicionantes geográficos, climáticos, sociales, económicos, e incluso religiosos e ideológicos. Si partimos de que la Real Academia de la Lengua Española reconoce como acepciones de cultura el "conjunto de modos de vida y costumbres" y de "manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo", tiene lógica pensar que los hábitos alimenticios dicen mucho acerca de una sociedad.

Los productos que elaboran y consumen los miembros de una comunidad delatan mucha información acerca de su cultura: desde su relación con la naturaleza que le rodea, la gobernanza y creación de tejido social, hasta el nivel de tecnología y desarrollo industrial que ha alcanzado. Tal es el impacto de estos factores que, indirectamente, llegan incluso a revelar la pérdida de señales de identidad y la universalización que se produce en una economía globalizada, al aproximarnos al supermercado mientras nos alejamos de nuestro entorno.

Precisamente con el fin de consumir de manera consciente lo que nuestro entorno nos brinda, la 'agri-cultura' que es en sí misma cultura, nos ofrece un hilo del que tirar para hablar de los oficios del trabajo de la tierra, del valor de los productos de una zona y la historia, el patrimonio y las personas que constituyen la riqueza de un lugar. Por eso, en Espacio C consideramos esencial comunicar todo este patrimonio inmaterial que tiene que ver con el campo, los productos y los procesos desde la óptica de la gestión cultural.

Y por supuesto, siempre con la mentalidad de aunar tradición e innovación, recogiendo el testigo del legado que heredamos para encontrar modos de vida más equilibrados con el medio ambiente. Así, a través de los productos de la huerta entendemos la cultura como un puente de transmisión de valores.

Colaborar con municipios como Villa del Prado nos motiva especialmente, tanto al buscar el impacto positivo en la comunidad como al poner el foco de atención en la necesidad de vivir en armonía con el planeta.

Nos despedimos con esta cita que proviene de la más antigua literatura india, la cual rescatamos del Rezo Universal al Bienestar "Mangalya Prarthana": "Que la gente del mundo tenga una vida placentera, que las lluvias sean abundantes y lleguen en buena hora, que la tierra esté cubierta de vegetación, que la gente buena no tenga miedo, que tengan hijos y nietos, que vivan para ver cien otoños, que estén libres de enfermedad, que se sientan seguros y que haya paz".

Y os emplazamos a seguir la Feria de la Huerta y el Vino de Villa del Prado 2021, donde estaremos colaborando en la programación y coordinación de contenidos relacionados con la #Agenda2030 y #culturatransversal.

Una puesta en común de Sergio López y Rocío Royo