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Sección entrevista: Bárbara Pañeda y la transición alimentaria. ¿Qué es Nutres?

Pregunta: ¿Quién es Bárbara Pañeda y el proyecto NUTRES? ¿por qué es necesario?


Bárbara: Soy una mujer, madre, que desde muy chica tuve una relación difícil y conflictiva con la comida, con la alimentación, con la nutrición. A raíz de una búsqueda personal y también de distintas situaciones de no tanto enfermedad pero sí un malestar muy grande y una incomodidad profunda conmigo, con mi cuerpo, inicié un camino de encuentro, búsqueda, transformación en relación a toda mi vida y a la alimentación en particular. Eso fue en el año 2000 así es que ha llovido mucho.

Mi formación como bióloga inicialmente me supuso más un handicap que una ayuda porque la explicación científica de la nutrición no me ayudó para entenderme. Fue la experiencia en el cambio de alimentos, de hábitos, la comprensión de cómo funcionaba mi propio cuerpo lo que me ayudó y ahí si pude unir lo aprendido con la biología. De mi experiencia personal y luego la maternidad, surgió la profesión para llevar al mundo lo que yo había aprendido, experimentado. Inicié el trabajo con las escuelas infantiles, donde todo empieza, de los 0 a los 3 años y se gestó Nutres, nutriendo escuelas. Porque pude contrastar y confirmar cómo desde las escuelas, los colegios, se puede desarrollar todo un proyecto que para mi es de Promoción de la Salud en el que todos los actores implicados toman parte para llevar adelante un cambio de paradigma.

Es necesario, y ahora más que nunca lo podemos ver, porque el ser humano, como ser vivo que forma parte del entramado de este lugar en el que vivimos que llamamos planeta tierra, necesita realizar un desarrollo sí, pero armónico y esa armonía, entre otras muchas cosas, la dará la forma en la que nos alimentamos, cómo producimos, cómo compramos, a quién compramos.

A la hora de implementar los cambios, Nutres acompaña, facilita, gestiona los procesos, los comedores escolares para que sean Eco-comedores Saludables, Sostenibles y Educativos. Todo ello a través de una línea de trabajo enmarcada en la Alimentación Consciente y la consolidación de un tejido social que lo acompañe.


Pregunta: Hace unos meses creamos desde Espacio C el proyecto En conciencia desde la filosofía de una cultura integral que es tanto un medio como un fin para trabajar la salud y la alimentación con una mirada también al trabajo artístico. Con tu participación en la conferencia "La alimentación, fuente de vida" nos hablabas de la alimentación consciente y efectiva. Cuéntanos qué significa esto ¿somos lo que comemos, literalmente?


Bárbara: Si las personas nos paramos unos instantes, cerramos los ojos y nos permitimos sentir qué somos, ¿qué dirían? Yo puedo dar una explicación biológica, metabólica de cómo el alimento finalmente se hace, literalmente carne y lo que no, se expulsa. Ahora bien, ¿somos conscientes de esa realidad?¿nos damos cuenta de ello?¿qué implicaciones tiene? Hacer una alimentación consciente tiene mucho que ver con sentirnos por dentro, y por fuera, en relación con nuestro lugar en el mundo y no tanto con la parte más “objetiva” de cómo se consiguen los nutrientes, cómo se queman las calorías. Y siento todo eso muy importante, la propuesta de la alimentación consciente está más encaminada a poder poner luz en lo que sí me hace bien, en lo profundo, y lo que no me hace bien. En reconocer qué alimentos me alimentan qué emociones, cómo es esto de que las emociones vienen también dictadas por lo que estoy comiendo (y muchas veces no solo comemos con la boca, también estamos comiendo en relación a lo que decidimos mirar, ver, oír, tocar, percibir).

Somos lo que asimilamos más que lo que comemos, porque muchas veces comemos alimentos que no se quedan con nosotros. Por eso es tan importante aquello que verdaderamente asimilamos. Para poder asimilar necesitamos estar en un estado determinado. Digamos que seleccionamos de forma consciente aquello que queremos que se quede con nosotros.

Lo que pasa es que esto es un proceso, más o menos rápido, y actualmente con la prisa que nos acompaña, no es fácil que la gente dedique ese tiempo a sentir.


Pregunta: Si nos ponemos a pensar desde pequeños hemos creado una relación muy íntima con la comida en todas las esferas: quedamos para “tomar algo”, no concebimos el cine sin palomitas y a los niños cuando se portan mal les castigamos sin postre ¿crees que en España somos conscientes de la necesidad de esta transición alimentaria desde la infancia? ¿Qué beneficios puede traer un cambio de esa envergadura en un niño?


Bárbara: La transición alimentaria supone, desde mi punto de vista, poner en el lugar que le corresponde a todo esto que estás contando, poner en el lugar a la alimentación como una fuente más de conciencia, de alegría, de vida, de apertura de capacidades. ¿Por qué está unida la diversión o el encuentro a comidas copiosas, donde después necesitamos una pastilla que nos ayude a digerir todo lo que hemos tomado?¿qué sentido tiene el terminar con resacas, con malestar general cuando lo que estábamos buscando era un encuentro con aquellos con quienes estábamos compartiendo? Alimentarnos es un proceso que puede estar cargado de vínculo, de amor, de presencia, de encuentro o bien puede estar cargado de inconsciencia, desconexión, y finalmente un gran vacío.

El proyecto de Nutres en particular y de todas las empresas y personas que están formando parte de esta transición en general, está enmarcado en una realidad muy grande que va más allá, aunque lo contiene, de la salud individual de cada persona.

La alimentación es un proceso cultural que está íntimamente ligada a los afectos, a las formas de producción, a la economía, a la forma que tenemos de organizarnos como sociedad, a las prioridades que tenemos. Y todo esto es un proceso educativo, por tanto, en la medida en que estemos acompañando en el proceso a los niños y las niñas de hoy estaremos poniendo la semilla de lo que queremos para el presente y para el futuro. Aparece la palabra sostenible en este momento de nuestra vida, y es que,

* ¿nuestra forma de producir es sostenible para el conjunto del planeta?

* ¿nuestra forma de consumir es sostenible?

* ¿nuestra forma de acaparar (porque muchas veces vamos más allá de lo necesario para entrar en lo superfluo)?

El proyecto está enmarcado en las escuelas, aunque yo me doy cuenta de que es un proyecto muy importante para los adultos, de desaprender para poder aprender. Es una oportunidad para transformar la mirada del adulto y, una vez más, tomar a la infancia como gran maestra y como una oportunidad para nuestro propio aprendizaje.

Y, por otra parte, trabajando directamente con la infancia lo que estamos haciendo es que los futuros adultos, que serán futuros consumidores, tengan valores asentados en ese desarrollo armónico: los valores de la sostenibilidad, la ecología, la salud. Y en el proyecto de Nutres estamos incorporando de forma explícita el valor educativo que tiene un proyecto de un Eco-comedor, donde estamos enseñando desde el momento de iniciación a la comida más allá de la lactancia, el respeto en ese aprendizaje, la experiencia en relación a los distintos tipos de alimentos, colores, formas, y dejando que sean los niños y las niñas quienes vayan reconociendo su verdadera necesidad de alimentarse y por tanto nunca se impone ni se obliga, se respetan los ritmos, los momentos.


Pregunta: Respecto a la cultura y la educación, es el gobierno y otros agentes mayores quiénes tienen el papel de implantar las medidas escogiendo entre unas o otras y dictando la regulación necesaria para su cumplimiento ¿crees que la nutrición en los colegios y en otros ámbitos públicos (ferias, festividades, hospitales) es un tema que se ha descuidado? ¿Qué plantea “NUTRES” a este nivel para conseguir cambios?


Bárbara: El respaldo institucional es sencillamente FUNDAMENTAL. Y como decía una compañera de este campo, hay que ser valientes para plantear estrategias encaminadas a una transformación alimentaria. Hay que poner la intención de forma fuerte, valiente y comprometida en esta transformación y dotar de recursos a nivel legal y estructural a quienes tienen que implementar los cambios.

Nutres nace con la vocación de ser un agente que facilite esa transformación. Como una bisagra que entrelaza los distintos ámbitos de actuación y los hace funcionar de forma armónica. La propuesta tiene una perspectiva, como decía antes, de Promoción de la Salud. ¿Por qué? porque tiene en cuenta todos los protagonistas implicados: desde las familias, las comunidades educativas, el sector productivo, la comunicación y divulgación, la creación de modelos que se puedan replicar en los distintos lugares.

Como prácticamente todas las áreas de nuestra vida, la alimentación no ha estado fuera de los parámetros en los que la sociedad en la que vivimos se ha desarrollado. Es decir: ninguna consciencia de los procesos productivos, ninguna consciencia de los desperdicios generados, ninguna consciencia de las necesidades nutricionales reales, mirando hacia otro lado y poniendo en valor un consumo excesivo, una cantidad de productos (que no alimentos) que nos hacían la vida más cómoda, ¿cuál es el precio? ¿a costa de qué?

Uniendo la festividad normalmente con grandes excesos y derroches y uniendo también la festividad con todo aquello que en verdad nos hace mal a nosotros como seres y al lugar en el que vivimos. Como una gran espiral que tiene una vida propia y que era difícil de frenar.

El proyecto de Nutres viene a ser parte de la conciencia colectiva en cuanto al cuidado de la Vida. Formamos parte de una red, de un espacio en el que vivimos y la manera en la que nos tratamos y tratamos a ese planeta es decisivo para poner un rumbo hacia lo saludable, lo sostenible. Esto implica poner en Valor lo que estamos llamando la cultura del cuidado, de la Vida, y esto implica hacernos conscientes de esa necesidad y ser valientes a la hora de implementarlo.

Los apegos en relación con el modelo, a lo que hemos vivido también se pueden transformar. En las escuelas infantiles, ahora, las fiestas están llenas de frutas, de batidos elaborados en las propias cocinas, de colores de las verduras. Esto es lo que será la base del recuerdo de los niños y las niñas que hayan tenido esa experiencia y eso será lo que busquen.


Pregunta: En esta situación de confinamiento y con un virus acechando nuestro sistema inmunológico, más que nunca es importante la alimentación ¿qué consejos nos das para mantenernos positivos en salud mental y sanos en el terreno físico?


Bárbara: Mantenernos positivos es una forma de mirar el mundo, con la confianza profunda en la Vida. Cultivar esa forma de mirar el mundo supone hacernos cargo de todo lo que nos va pasando por dentro. Somos dueños de nuestros pensamientos, y por tanto, podemos y es nuestra responsabilidad cultivar los pensamientos que nos ayuden a desarrollar esa confianza activa. Reconocer lo que estamos sintiendo y vivirlo sin emitir juicios de valor. Dejarlo ser. Y en el terreno de lo físico es un momento que invita a la introspección, a sentarnos a comer cuando tengamos hambre, a poner en nuestra mesa más verduras de temporada, aprovechar el tiempo de que disponemos para volver a ese acto que se ha convertido en revolucionario que es, ¡¡¡cocinar!!! A tomar más legumbres, más cereales integrales (arroz, quinoa, mijo, avena, trigo, espelta...), a elaborar postres ricos con todo lo que tenemos a nuestro alcance que no lleva azúcar añadida (dátiles, pasas, orejones, frutas, verduras dulces como la calabaza, la zanahoria, el calabacín). A aprovechar los frutos secos y las semillas, hacer germinados.

Con todo esto, tendremos nuestro terreno interno en buenas condiciones, nuestro sistema inmunológico a punto.


Pregunta: El japonés Masaru Emoto habla de las vibraciones y pensamientos positivos transmitidos a través de las moléculas de agua para explicar cómo lo que decimos (y en consecuencia lo que pensamos) afecta también al estado físico. El ser humano está formado por un alto porcentaje de agua ¿crees que nuestros pensamientos afectan a cómo nos sentimos físicamente?


Bárbara: Yo creo que basta con que nos observemos qué nos pasa cuando el pensamiento se dispara hacia el miedo, la angustia, la preocupación. Sentiremos taquicardias, cansancio, estrés, tendremos dolores.

¿Qué está alimentando mis pensamientos? ¿cómo le doy espacio, yo, a ese pensamiento? Nuestro cuerpo está conformado por agua en gran medida y entonces, ¿cómo se ordenan nuestras aguas en función a nuestros pensamientos?¿estamos generando una armonía o estamos generando distorsión? Nuevamente, nos toca ponernos a observarnos, mirarnos por dentro, ponernos atención. Creo que nos hace falta un silencio en la experiencia que nos tocará aprender a cultivar.


Pregunta: En relación con las anteriores preguntas y con la importancia que adquiere la alimentación estos días, como experta en salud y desde el terreno científico ¿de qué forma el consumo de las propuestas culturales que se están lanzando en los medios también beneficia nuestro estado emocional?


Bárbara: La biología, la vida del ser humano está directamente influenciada por la cultura. Hay una parte de la Antropología que es precisamente la Antropología de la Salud y que estudia cómo la biología se ve modificada por los patrones culturales en los que se enmarca una población. Y la biología es un todo donde las emociones juegan un papel muy importante en la construcción de una realidad que llamamos Salud o bien en la construcción de una realidad que llamamos enfermedad. De ahí que toda propuesta cultural está directamente relacionada con ese espectro.

Entonces, si esto es así, igual que estamos optando por un consumo sostenible, ecológico, saludable en lo que a lo físico puramente se refiere, también vamos a optar por un consumo consciente de propuestas culturales que estén en esa línea y que ayuden en el desarrollo de un estado emocional consciente, positivo, vital. Y esto no quiere decir que existan emociones que no vamos a vivir, más en estas circunstancias en las que estamos viviendo. Más allá de eso es cómo aprendemos a mirar lo que nos pasa, cómo aprendemos a elegir vivir lo que nos pasa desde una positividad y un aprendizaje.

Por ejemplo, para mi, Espacio C es positividad en acción, es un auténtico programa de Promoción de la Salud, porque aporta vida a la vida, desde lo creativo, lo consciente y lo comunitario.


Por Marta Martín de la Beldad

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